Luz, paz y amor… Por Emely, por mi país…

Luz, paz y amor… Por Emely, por mi país…

 

Por Janibell Peralta

 

Me solidarizo en total medida con los familiares de Emely, al tiempo que felicito al país en general por su gran sensibilidad humana.

 

No suelo comentar en todos los casos, sin embargo, he decidido hacerlo en esta ocasión y esta es mi sincera opinión, la cual aprovecho para hacer un llamado a mi gente, a mis hermanos.

 

Cuando suceden un caso como este, en donde se involucra toda la sociedad, donde llega a tocar las fibras del corazón de cada persona, es porque hay un mensaje y con él, un gran aprendizaje que podremos utilizar para nuestro propio beneficio en algún momento de nuestra vida.

 

Cuidado, como dice el título de aquella famosa película “EL DIABLO SE VISTE DE PRADA”. He estado mirando en las redes sociales una gran protesta y manifestación de solidaridad con este caso, lo cual me parece maravilloso, pero también he visto una gran sed de venganza manifestada de parte de una gran mayoría. Lo que he podido percibir muy poco, es el AMOR. Pero cuando hablo de AMOR, me refiero a ese AMOR que no desea mal a nadie, que no juzga, que perdona, que no hiere y que da sin esperar algo a cambio. Estoy segura de que ese AMOR no lo sienten quienes cometieron ese hecho, ni quienes albergan odio en sus corazones.

 

Los grandes sabios siempre han dicho, que en vez de hacer una marcha en contra de la violencia, hacedla en favor de la paz, de lo contrario se incrementará la violencia, pues a lo que te resistes, persiste.

 

Mi opinión, que es muy personal y todo aquel que difiera de ella, está en su absoluto derecho, es la siguiente:

 

En mi país, casi en sentido general, porque existen sus excepciones gracias a Dios, como en muchos países del mundo, impera un gran amor, pero no es la clase de amor que un país necesita para que la gente deje de sufrir y eche hacia delante; el amor que gobierna es, el amor al dinero, el amor al poder y el amor a lo material. Este tipo de amor es lo que ha generado este crimen y muchos otros que vendrán si no se sienta cada quién consigo mismo a analizarse, a reflexionar y hacer un cambio sin precedente en su vida. El problema es colectivo pero el trabajo se debe hacer individual para que se pueda tener un buen resultado general.

 

Para amar el dinero, el poder, lo material y tener éxito, hay que robar, mentir, matar, pisotear personas y muchas atrocidades más, y  no me refiero a esas personas que han tenido éxito y dinero de manera honrada y honesta; estas personas tienen dinero porque lo han merecido fruto de su esfuerzo sin dañar a nadie.

 

En nuestro país como en el mundo, hace falta AMOR, pero el real. Quién ama de corazón, no odia, no maltrata, no calumnia, no envidia, no miente, no quiere más de lo que necesita para vivir. Dios es AMOR y aprender a amar es una tarea que debemos poner en práctica urgente, sin distinción de religiones. Es lo que el mundo está pidiendo a gritos. Este caso no será el único, solo nosotros aprendiendo y enseñándonos unos a otros a amarnos de verdad, podremos parar estas atrocidades y las que se avecinan.

 

MUCHA ATENCIÓN

El mundo, nuestro país está en guerra, y esta guerra no es física, no nos dejemos distraer con cosas y casos, la guerra es espiritual. ¿Cuántas personas estamos involucradas en este momento en el caso Emely? Claro, me incluyo porque yo también estoy dando mi opinión, sin embargo, estoy tratando de darla de manera constructiva. ¿Cuántas personas han opinado en sus casas, redes sociales y demás sobre este caso? ¿Cuál ha sido tu opinión?

 

El mal, el Diablo, la mala energía, Satanás o como le quieras llamar, ha ganado un gran terreno en esto; utiliza a personas para que ejecuten acciones de este tipo, luego tiene a todo un país llenándose de su alimento: el odio.

 

Pondré un ejemplo: este mismo caso de Emely. Si yo al enterarme de este suceso, como humana que soy, y en mi caso que también soy madre, me lleno de ira, impotencia, dolor y todos esos sentimientos, que son comprensibles, comento con mis amigas las que también comparten mis mismos sentimientos, indudablemente se generará un clima de malestar, negatividad, enfermedad porque nuestras células responden a los estímulos, sean cuales sean. Llego a casa cargada de todos esos sentimientos, por lo tanto, no voy a aportar a mi familia otra cosa que lo que traigo conmigo. Esto va creciendo porque empezarán las llamadas, la tele, la prensa y por todos lados la fatídica noticia. Yo no puedo hacer nada al respecto pero creo que comentando, llenándome de ira e incitando a otros estoy haciendo mi aporte. Lo que no sé es que estoy contribuyendo a mi propio suicidio físico y mental, pero también al de mi familia.

 

Otra cosa sería si yo al escuchar esta desgarradora noticia, me lleno de compasión y de amor, me uno  en oración y organizo o me uno a una marcha pacífica en favor de que se esclarezcan los hechos y se juzgue a los culpables, sin lacerar mis sentimientos ni los ajenos; el resultado sería de doble satisfacción para todos.

 

Tú que estás leyendo esto, por favor, olvídate de lo que piense cada quien; todo el mundo tiene su derecho a opinar lo que quiera, pero TÚ, has de cuenta que tu mente es un jardín y que las semillas que siembres en él, harán brotar las flores más hermosas o yerbas que solo servirán para estropearlo. Las semillas son tus pensamientos, aprende a escogerlos con sumo cuidado para que tengas un hermoso jardín.

 

Si enciendes una vela en un cuarto oscuro, este se iluminará. Imagínate que cada uno de nosotros, en vez de maldecir y llenarnos de ira, miedos y malos sentimientos, sacamos ese diamante que todos llevamos dentro y empezamos a pulirlo encendiendo una vela  por Emely, que es el reflejo de la sociedad en que nos encontramos viviendo hoy, y la que está pidiendo a gritos un crecimiento de conciencia universal.

 

LUZ, PAZ Y AMOR, por Emely, por mi país.

Categories: Opinión
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