POR ERNESTO JIMÉNEZ
“Mientras nosotros gobernemos, en República Dominicana no perecerá la libertad”. Juan Bosch
El profesor Juan Bosch, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), derrotó a la Unión Cívica Nacional en las elecciones generales del 20 de diciembre de 1962. Este acontecimiento tiene un significado histórico trascendental por tratarse del primer intento democrático del pueblo dominicano, luego de 31 años de dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Bosch asumió las riendas del Estado el 27 de febrero de 1963 en un hermoso acto que reunió a importantes figuras de la historia contemporánea, entre los cuales se encontraron el entonces vicepresidente de los Estados Unidos (EE. UU.), Lindon B. Johnson, el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt y el gobernador de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín.
En su discurso de toma de posesión, el presidente Bosch invitó a los dominicanos a olvidar los odios y trabajar unidos, conminó al congreso a representar dignamente la voluntad popular y resumió sus avanzados ideales democráticos con la siguiente frase inmortal: “Mientras nosotros gobernemos, en República Dominicana no perecerá la libertad”.
No obstante este inicio prometedor, el retorno de nuestro país a senderos democráticos estaba condenado desde el mismo momento en que el profesor Bosch ganó las elecciones, debido principalmente, a que las élites conservadoras de nuestra sociedad consideraban que un gobierno honrado, de amplias libertades públicas y respeto a la ley, era lesivo a sus intereses.
Resulta que Juan Bosch encarnaba los más sólidos ideales de progreso y dignidad de nuestro pueblo, y por lo tanto, durante su gobierno no aceptó ningún tipo de presión por parte de oligarcas que pretendían repartirse como vulgar piñata las empresas del Estado, y mucho menos toleró los aprestos injerencistas de los Estados Unidos para que deportara del país a dirigentes socialistas. Y esto, el poder imperial no se lo perdonó.
Los EE. UU. procedieron a calificar a Bosch de comunista, lo cual era bastante grave en ese momento ya que la guerra fría estaba en un punto bastante álgido; basta recordar que hacía apenas 4 años del triunfo de la revolución cubana, acontecimiento que endureció la política anticomunista de EE. UU. en América Latina, por el temor de que surgiera otra Cuba en el Caribe.
En su libro “Crisis de la democracia de América en la República Dominicana”, el mismo Bosch nos explica parte de este proceso: “Los tutumpotes cívicos habían perdido la batalla de los trucos legales; entonces se dedicaron con toda el alma a echar las bases políticas del golpe de Estado que lograron dar, al fin, el 25 de septiembres de 1963”.
Y así, ese día terrible se consumó el golpe fatal que sumió a nuestro país en una macabra espiral de violencia, sangre y muerte. Al gobierno legítimo de Bosch lo sustituyó el corrupto y criminal triunvirato; luego Manolo Tavárez Justo se levanta en armas y es fusilado en Las Manaclas; más adelante, el pueblo junto al apoyo de militares dignos defendió la libertad sagrada de nuestra Patria contra los EE. UU., que intervinieron militarmente –por 2da vez en el siglo XX- la República Dominicana.Y por si no faltara más, sufrimos los 12 años de la cuasi-dictadura de Joaquín Balaguer.
Como bien podemos observar, hemos pagado un precio muy alto y todo gracias a la exacerbada ambición de poder de hombres sin decoro, que creyeron que el golpe de Estado era tan solo contra Juan Bosch y no lograron entender que el golpe fue contra las posibilidades de desarrollo democrático de todo el pueblo dominicano.
(El autor es economista y comunicador).