De cómo Pavel Núñez se construyó a sí mismo como ente de la canción

De cómo Pavel Núñez se construyó a sí mismo como ente de la canción

 

Por José Francisco Arias

 

El caso es que he sido testigo de cómo Pavel Núñez se construyó a sí mismo como ente artístico y cómo se ganó su espacio y se estableció de manera consolidada.

El caso es que por los 90’s, aún, Pavel, en plena precariedad para impulsar su propio proyecto, tenía ocasionalmente que reunir unos cuantos pesos para pagar el taxi en un recorrido que lo llevaría por diferentes emisoras a presentar algún tema nuevo o a que le hicieran alguna entrevista que entendía necesaria para promover y proyectar su imagen.

Mi entrañable amigo Alexis Casado, que también es su gran amigo, en lo que pudo, le sirvió de soporte en esos comienzos desde una pequeña oficina desde la que operaba como empresario artístico.

Pavel, en esos inicios asediado por limitaciones, trabajaba sin tregua, sin pausa, persiguiendo su objetivo. Fue resueltamente impertérrito, enfocado siempre en las estrategias que lo conducirían a su meta en el orden práctico, sin que ello afectara el fluir de su producción creativa.

Tuvo un tío, Yaqui Núñez, muy lamentablemente fallecido hace algún tiempo, que en su tiempo llegó a ser determinante en la televisión y otros medios para lanzar, promover y proyectar hasta convertir en impactante fenómeno de popularidad a cualquier novel talento artístico que así se lo propusiera. Pavel estaba consciente de que si se lo solicitaba su tío no le negaría jamás su apadrinamiento mediático para impulsar su carrera, pero prefirió mantener distancia, aunque pudo recibir de él orientación y asistencia solidaria en determinados momentos… Pero era indudable que quería hacerlo solo.

Lo mismo puede decirse de su padre, Pedrito, hombre vinculado al negocio del espectáculo y de gran influencia en el medio. Pero él insistió en transitar el trayecto hacia el éxito por cuenta y esfuerzo propios, ¡y lo logró!

Pavel se construyó a sí mismo impactando con composiciones que conectaron de inmediato con un público joven, ávido de canciones con temáticas y códigos propios de la generación de su tiempo. Para ese público fue dejando caer un éxito tras otro, con una musicalidad muy suya, en términos de orquestación y giros melódicos.

«Te di», «Canción de cuna para mi abuela», «Paso a paso», «Viene gente», «Me desarmo», «Agonizando», «Dime si lo ves», se cuentan entre las prendas que ha entregado a su legión de seguidoras y seguidores.

No se detiene en el hacer canciones y grabar disco. Permanentemente viven pensando que es lo nuevo que puede presentar a su público.

Es así como se ha atrevido a envolver sus canciones en arreglos de «big-band», y, en por lo menos dos oportunidades, si mal no tenemos entendido, ha inundado el teatro La Fiesta del hotel Jaragua con todo el sonido de los metales.

Ha sido tan dimensionada la calidad de los conciertos con la «big-band», que hasta una producción audiovisual se hizo que fue difundida por la prestigiosa cadena de tv HBO Latino.

Pavel se construyó a sí mismo. Solo. Eso puedo decir que lo vi y prácticamente lo viví.

Como expresión artística de este tiempo ya tiene un valioso legado para la historia de la canción popular dominicana.

Por construirse a sí mismo de la forma que lo hizo y por la calidad de su legado, es que nuestra admiración hacia él es doble.

 

 

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