En RD retrocedemos a los tiempos aquellos del «¡¡Tránquenlo, coño…!!»

En RD retrocedemos a los tiempos aquellos del «¡¡Tránquenlo, coño…!!»

En República Dominicana prevalece una democracia vulnerable, frágil, que contrario a avanzar, camina como el cangrejo, dos pasos hacia adelante y tres para atrás..-. Y cuida’o.

Vivimos en un tiempo en el que etapas que creíamos superadas en ese sentido, en términos de represión y otros rasgos de corte dictatorial, se registran cada cierto tiempo, ejecutados por quienes detentan el poder y se creen que pueden hacer lo que sea con quien les venga en ganas, pasándole por encima a las leyes y a todas las instancias institucionales.

Fue lo que pasó con el joven Máximo Eladio Romero Marcial, quien se encontró en el estadio Quisqueya la tarde de este domingo con Radhamés Camacho, miembro del Comité Político del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y presidente de la Cámara de Diputados, y le hizo algún señalamiento que no fue del agrado del legislador, quien reaccionó incómodo y ordenó a militares que dretuvieran al joven, lo que en efecto ocurrió.

El joven fue detenido y llevado al destacamento policial conocido como La 40.

Esto se hizo sin intervención de fiscal ni orden judicial alguna. Militares le dijeron al muchacho que estaba detenido y lo llevaron al recinto policial.

O sea, que hemos retrocedido a los tiempos de la tiranía trujillista, o, por lo menos, a los tortuosos 12 años del doctor Joaquín Balaguer, tiempos en los que prevalecía el «¡¡Tránquenlo, coño…!!». La diferencia es que en aquella oportunidad lo hacía cualquier militar encargado de reprimir en regímenes como esos, y ahora quien manda a trancar es nada más y nada menos que el presidente de la Cámara de Diputados, desde donde se supone debe fluir el espíritu de la democracia y el respeto a los derechos civiles, a los ciudadanos, a las leyes, a la libre expresión del pensamiento  y a las instituciones.

Suponemos que el presidente de la Cámara de Diputados sabe cuáles son los canales institucionales a través de los cuales pudo someter a la justicia al joven si se sintió injuriado, difamado, ofendido… Pero no, prefiere hacerlo con la fuerza del poder.

Categories: Opinión
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